HE VUELTO A CASA

 

Imagen de Pxfuel.com

Hoy he vuelto a la casa. Todo está como la última vez. Si acaso, el polvo que ha ido apagando la brillantor de los muebles y las rosas frescas que puse en el jarrón y ahora están secas, han sido testigos de nuestra ausencia. También las paredes habrán notado la ausencia de tus gritos y tus golpes, de mis perdones y mis llantos.

He recorrido la casa en silencio, a oscuras, temiendo despertar de un sueño, y por fin, he abierto el balcón de par en par. La luz, limpia de la mañana, ha llenado cada hueco del salón y de mi vida. Esa vida que te entregué y tu fuiste carcomiendo a base de reproches, insultos y golpes.

Tengo que tirar las rosas y limpiar, lo sé, pero no ahora. Ahora me apetece sentarme en el sofá y mirar hacia el exterior, a ese azul limpio que enmarca el balcón abierto. Una sonrisa se asoma a mi rostro. Ese balcón abierto que te precipitó al vacío y me ha dado la libertad.

¡Qué fácil fue engañar a todos! Hacerles creer que fue la mala suerte y el vino los que te hicieron caer. Ese maldito vino que te llenaba de alegría con los amigos, y en casa te hacia gritarme, insultarme y golpearme. Qué fácil hacerles pensar que mi sumisión y mi miedo me paralizaban en la cama como a un animalillo asustado. Si supieran que yo dejé abierto el balcón, no para que entrara el fresco de la noche, si no para que tú salieras a fumar tu último cigarro. Si supieran que, esta vez, yo no estaba asustada y encogida en la cama, asustada tal vez, pero agazapada esperando tu llegada, si supieran que tu no caíste, si no que tu PERRA, como me llamabas a veces, te ayudo a caer. Si supieran…

No hay comentarios: