Hace tiempo que los últimos libros que compraba los tenía uno encima del otro, así que este verano decidí hacer una estantería a medida. Aquí tenéis el resultado.
Ahora como podréis apreciar necesitaré comprar más libros para llenarla. Vamos el cuento de nunca acabar.
Y para no tirar los retales de madera, pues... este cogedor imitación a los que usaban nuestras abuelas.
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